Deseo compartir con ustedes mi sentir después de la tragedia que ha vivido nuestro país recientemente. Debo adelantar que en esta ocasión no escribiré sobre Seguridad de la Información, Sistema de Justicia Penal o Tecnologías de la Información. En esta ocasión quiero externar algo más humano, les quiero compartir algunas reflexiones derivadas del sismo que el pasado 19 de septiembre 2017 sufrió Puebla, Morelos y la Ciudad de México.
Este suceso me tocó vivirlo en la Ciudad de México en mi oficina y con toda sinceridad puedo decirles: ¡Fue una de las peores y mejores experiencias de mi vida! De las peores porque tuve sentimientos que no les deseo a nadie (miedo, frustración, impotencia) y de las mejores porque después del sismo tuve la oportunidad de participar en actividades que me ayudaron humanizarme y a recuperar la esperanza de que existen personas buenas en este mundo. Por ejemplo, tuve la oportunidad de ver como un compañero de trabajo un par de días atrás de que sucediera el sismo fue nombrado brigadista de protección civil se estrenó con este sismo y lo hizo como el más experimentado, llegamos voluntarios a edificios recientemente derrumbados anunciados a través de redes sociales antes que los corporaciones gubernamentales, por mis manos pasaron latas y productos con leyendas para motivar a los damnificados (ánimo campeón, tengan fe, estamos con ustedes), vi a muchas personas haciendo a un lado el individualismo y egoísmo tan habitual de las grandes ciudades con el objetivo de ayudar a personas afectadas por el sismo ¡Que bueno sería que ese espíritu se mantuviera después de la adversidad!
Seguramente vieron muchas más historias como las anteriores en diversos medios de comunicación que invitan a visualizar la unión y solidaridad del pueblo mexicano mismas reconozco, pero en este manifiesto deseo transmitirles algunas reflexiones que vale la pena compartir con quienes vivieron la experiencia y con aquellos que fueron simples espectadores para que hagamos conciencia y, de ser posible, estemos mejor preparados ante actos de la misma naturaleza.
Mis reflexiones despues del sismo del 18 de Septiembre de 2017 en la Ciudad de México.
Después de tanto preámbulo, les quiero compartir como es mi vida después del sismo:
- He cambiado mi visión de que los desastres naturales son algo que NUNCA nos va afectar en nuestras ciudades. Me he dado a la tarea de informarme de los riesgos a los que estamos expuestos.
- Reafirme la importancia de los planes de recuperación ante desastres que usualmente se implementan para proteger activos informáticos y me pregunto ahora ¿Por qué no se hacen obligatorios este tipo de planes para reactivar las organizaciones que han sufrido los estragos de un desastre natural?
- ¡Tomo seriamente los simulacros! pero además trato de transmitir esta visión a los niños. Por favor, no digan cosas como: “Por hacer simulacros se generó un temblor”, los simulacros son muy importantes para que cuando estemos en una situación de riesgo, actuemos de la forma adecuada para que pongamos a salvo nuestras vidas.
- En el momento que pretenda comprar una casa o departamento VERIFICARÉ que este cumpla con normas de seguridad.
- Ví voluntarios, cuerpos policiacos y militares dando su mayor esfuerzo para salvar a los demás, me quedo muy claro que aún falta capacitación y equipamiento en nuestros cuerpos de servicios de emergencia para atender desastres naturales.
- Cedo el paso a los vehículos de emergencia y si alguien no lo hace busco corregirlo para que lo haga. Por favor no los obstaculicen y, mucho menos, aprovechen su paso para librar el tráfico. Estas actitudes dejan mucho que decir de la educación de las personas que lo hacen.
- Pienso que debemos sensibilizar a los conductores de vehículos de emergencia (ambulancias, bomberos, patrullas) para que sean éticos y hagan uso, solo en casos debidamente justificados, de las sirenas y luces, no traicionen la confianza que los ciudadanos depositamos en ustedes.
- Si alguna vez vuelvo a encontrarme en un desastre natural y tengo la suerte de no resultar afectado por el mismo, me comunicaré inmediatamente con uno de mis familiares para confirmar que me encuentro bien y pedirle que corra la voz. Seré BREVE, porque en una situación como esta cientos o miles necesitan hacer lo mismo que yo.
- Propondré a través de la asociación Internet Society, la creación de una guía simple para que medios de comunicación, gobierno y sociedad civil usemos las redes sociales de manera responsable y eficiente en caso de un desastre natural. Las redes sociales y la internet ayudaron mucho frente a esta eventualidad, pero creo que pueden hacerlo aún más, por lo que debemos evitar la desinformación en situaciones tan críticas.
- Tendré más cercanía con asociaciones civiles para verificar su confiabilidad y en situaciones críticas tener grupos por medio de los cuales se pueda ayudar o bien buscar ser ayudado. En tiempos de crisis existe muy buena voluntad para apoyar por parte de muchas personas, pero también existe gente sin escrúpulos que generan centros de acopio FALSOS que únicamente tienen como finalidad sacar provecho de la situación.
Para concluir, quiero pedirles que compartan sus opinión. El ánimo de estas líneas es sumar para que tengamos un México mejor, solidario y organizado cada día y, sobre todo, en las situaciones adversas que podrían afectarnos.
Mi estimado Oscar leo tu apreciación de un fenómeno natural que al mismo tiempo se hace social, y me interesa.Todo lo humano me interesa. Tu, persona de provincia me imagino tu sentir en esta nuestra ojerosa y pintada ciudad de México, Agustín Yañes, secretario de educación y oriundo de Guadalajara, describi esta urbe magistralmente, en tu caso ahra la vives y estoy seguro ya la amas con sus miedosy sus temores, aseguro que haz madurado con ella y comprometidote contigo, tendrás ya, muchas anécdotas que contar en tus rumbos, ue sé ya son e acá, solo te puedo decir bienvenido y estoy seguro que de aquí saldrá alguien mejor que quien llegó. U abrazo Jorge Cano
Son historias que extremesen y también me humanisan, mis papás estuvieron en México durante el temblor del 85 y al igual que tú cuentan que fue lo peor que vivieron y el que ahora haya pasado algo similar lo volvieron a recordar con tristeza, pero México esta comprobado que es un país grande y solidario y todos los afectados se que saldrán de esta. Gracias Oscar por compartir lo que viviste y también por los consejos que nos das para actuar ante un desastre natural.
«Los desastres naturales son algo que NUNCA nos va afectar en nuestras ciudades»… es una afirmación que con frecuencia escucho y que lamentablemente a raíz de esto no prevenimos y no nos informamos de la manera de actuar ante tales circunstancias.
Efectivamente, es una idea que debemos tratar de cambiar en nuestra sociedad, si la sacamos de nuestra sociedad y gobierno seguramente reduciriamos las afectaciones que causan estos desastres naturales. Muchas gracias por tu opinión.
Bueno empezaré por compartir mi experiencia; lamentablemente yo también me encontraba en la ciudad de México ese trágico 19 de septiembre de esta anulidad… llegue de madrugada a la central del norte, me paro frente a la Virgen de Guadalupe nuestra madre y me encomende a ella, esto lo hago para que todo lo que haga en ese día me salga bien. Todo iba como lo planeado, veo la gran ciudad, su gente ya había despertado y miles de estudiantes caminaban presurosos a sus centros educativos, se respiraba un ambiente armónico, sin saber lo que nos esperaba. Llegue a la oficina en donde haría mi tramite, la amabilidad de la gente se sentía, lo respiraba, todo estuvo como lo había planeado. Faltaban escasos 5 minutos para las 11 de la mañana, cuando en la puerta de salida de donde me encontraba se escucha por el altavoz en unos minutos se realizará un simulacro para conmemorar el terremoto del 85. Respire profundo, salí a la calle y empezó a soñar la alerta sísmica, miles de gentes en la calle todo en orden, yo no había sentido ni pasado algo igual, volteó haber el ángel de la independencia se veía majestuoso y con toda esa gente en la calle. Era algo que no había visto. Se hizo la calma y le hago una llamada por teléfono a mi compañero y amigo Oscar Padilla, una para saludarlo y haber si teníamos la suerte de comer por la tarde. Me subí a un camión mi rumbo era ver a la Virgen de Guadalupe… cuál fue mi sorpresa antes de llegar al tepeyac empezó el sismo… mi reacción fue de protección y de tal susto decido irme de inmediato a la central del norte para retornan a mi lugar de origen… en el camino vi caras de angustia, no se podía decir más la gente estaba desconcertada y yo más puesto que no había vivido ese gran poder de la naturaleza. Gracias a Dios no me pasó nada, pero vi y sentí el dolor de la gente, mucha gente que no sabía que había pasado. Mi muy humilde comentario sería el siguiente: en México todavía existe gente buena y que es mayoría, la gente que destruye y hace el mal tendrá su merecido, tarde que temprano, ahora tenemos que aprender de nuestros errores y estar más atentos en nuestro entorno y con nuestros semejantes, la tecnología hay que usarla de una forma responsable y objetiva, nuestros cuerpos de bomberos y departamentos de protección civil deben de estar cada día más capacitada para brindar servicio eficiente y de calidad ya que la inmediatez en estos casos son prioritarios en resumen la fuerza bien implementada y en beneficio de los demás es la más pura y simple para el desarrollo y bienestar de esta gran nación Unidos y haciendo el bien se empezará el progreso que todos necesitamos. Gracias
Comparto mi experiencia: mis papás estuvieron en el sismo del 85 y siempre contaban el como les toco quitar escombro, sacar cuerpos y rescatar personas con vida, yo tenia un año de edad en aquel momento. Después de un tiempo y por el trabajo de mis papás, se cambiaron de ciudad. Pero por algún motivo siempre tuve esta historia muy presente.
Quien diría que ahora me tocaría vivir esta experiencia de miedo, incertidumbre y unidad. Como a todos nos paso, me quede incomunicada y cuando logre contactarme con mi familia su palabras eran: «Mejor deja la ciudad, ¿porque no te vienes para acá?», incluso tuve amigos que se ofrecieron a pagar mi pasaje y el adicional de mi perrito. Pero no fui la única, a muchos de mis amigos «provincianos» (como nos dicen aquí) nos repetían nuestros familiares en cada llamada que hacíamos para reportarnos, incluso para aquellos que vinieron de vacaciones como Javier Temprano de origen español y novio de mi roomie. Que se fue de voluntario a los centros de acopio y después estuvo en Obrero Mundial clasificando herramientas para mandar a otros estados o lugares afectados.
Yo en una de esas llamadas solo respondí: «Estoy bien y la verdad acá se necesita ayuda, bien o mal estoy agradecida con esta ciudad». O como bien lo dijo Javier: «Esto es indescriptible el como nace una hermandad para ayudarse y sin importarles ponen sus vidas para rescatar otras, te motiva, nunca había visto algo como esto».
Los que estamos cercanos a las zonas de la Roma, Condesa, Del Valle y que salimos este fin de semana a caminar por las zonas afectadas, hoy todavía acordonadas. Nos resulta difícil el no pensar en nuestros amigos que tuvieron que evacuar sus «depas» o aquellos que perdieron un familiar en los que colapsaron.
Pero como dicen, seguimos aquí y seguimos de pie!!. Nunca terminaremos de compartir lo que sucedió en esos días, pero como me dijo ayer Susana: «Me quede porque la gente aquí en verdad es unida», ella es de Chihuahua y apenas tiene un año y medio en CDMX.
Literal nos «valió» porque muchos que estamos aquí, solo somos la sucursal de nuestras oficinas matrices que se encuentran en otros estados. Pero eso sí, NINGUNO DE NOSOTROS SE FUE, AL CONTRARIO LLEGARON MÁS. Un abrazo enorme para aquellos que dejamos el trabajo por hacer algo por esta ciudad, como Oscar Padilla que pedía usáramos las redes sociales para solicitar apoyo, y del único que tengo su dato, porque en tiempos de emergencia no pides el nombre o a que se dedica ni cuanto gana.
Me da mucho gusto leerte Paulina y estar en contacto. Gracias por compartir tu experiencia muy interesante, ante las prisas no fue posible conocer a tantas personas que desinteresadamente estaban apoyando, hubiera valido la pena. Saludos.